jueves, 3 de abril de 2008

Comentario: "Los cínicos no sirven para este oficio" -Sobre el buen periodismo-


Para poder comprender mejor el libro debemos conocer quien es Ryszard Kapuściński. Ryszard Kapuściński nace en Pinsk (Bielorrusia) el 4 de Marzo de 1932 , y vive su infancia en medio de la violencia suscitada por las grandes potencias durante la segunda guerra mundial y la ocupación nazi de Polonia. Esta violencia cambió la vida de toda la población europea. La relación, ambigua, violenta e irónica, entre el poder y la vida cotidiana será el hilo conductor en la carrera periodística de Kapuściński. Estudió en la Universidad de Varsovia Historia y arte, aunque finalmente se dedicó al periodismo. Colaboró en Time, The New York Times, La Jornada y Frankfurter Allgemeine Zeitung. Compaginó desde 1962 sus colaboraciones periodísticas con la actividad literaria y ejerció como profesor en varias universidades. Murió el pasado año, el 23 de Febrero, a la edad de 75 años.

Este libro esta dividido en tres partes:

La primera parte pertenece a un encuentro con Kapuściński el 27 de noviembre de 1999 a causa del VI Congreso “Redactor Social”, este encuentro esta moderado por Maria Nadoti.

Esta primera parte habla sobre todo de cómo trabaja el periodista, la manera de informarse, de escribir, de inspirarse, etc... Los asistentes al encuentro y la propia moderadora, realizan diversas preguntas al escritor, en general todas ellas tienen que ver con su experiencia como periodista y los requisitos que según él debe tener el buen periodismo.

Para Kapuściński el buen periodista es una buena persona, que no es egoísta, ni trabaja en este oficio para enriquecerse, que esta al servicio de la humanidad y no al contrario. En pocas palabras para ser buen periodista se ha de ser buena persona y para que el periodismo pueda recibir el calificativo de bueno deber ser intencional.

La segunda parte es una entrevista realizada el 28 de noviembre por Andrea Semplici.

En esta parte habla de África, de todos los problemas internos que ha sufrido desde la época del imperialismo, las guerras que ha tenido que superar, las crisis y muchas de las experiencias que él ha vivido en ese continente.

La tercera parte es también un encuentro, pero en este caso se produce entre Ryszard Kapuściński y John Berguer.

En esta parte se habla fundamentalmente de las experiencias como escritores de ambos. Cabe destacar algo en lo que hace hincapié Kapuściński, que es el hecho de que él sea un escritor que refleja el mundo, es decir, que tiene que ir al lugar de los hechos para poder escribir sobre ellos, mientras que Berger, es un escritor reflexivo, es decir, que encuentra al inspiración para escribir en sí mismo, puede ver el mundo sin la necesidad de abandonar una habitación. Como dice el propio Kapuściński: “Quedándome en un único sitio, me muero, mientras que John crea”.

En mi opinión, este es un libro que nos ayuda a estar un poco más cerca del complejo mundo periodístico. En él se nos hablan sobre el “buen periodismo”, y si trasladamos todo lo que aquí se nos expone, nos daremos cuenta que cada vez más, el periodismo, y los medios de comunicación, en general, han perdido el norte. Ya no existe el “buen periodismo”, hay un seudo periodismo, que habla de lo que le interesa, que manipula la verdad a su antojo, que monopoliza una única noticia y la explota hasta la saciedad, tan solo para ver que cadena da más información sobre ella y poder ganar a la competencia. Quedan ya, con vida, pocos ejemplos de periodistas con humanidad, que nos muestren la realidad de una forma carismática, cercana y sin alteraciones. Para mi una de las periodistas, que todavía quedan con vida, de este periodismo humano es Rosa María Calaf. Ella ha dedicado su vida al servicio de los demás, ha trasladado su hogar hasta Asia, para poder vivir de primera mano la noticia y transmitírnosla como ya, poca gente hace, hoy en día, porque, por desgracia, en la actualidad tiene más poder un programa del corazón. Estos en los que tan solo importa quien se ha acostado con quien o la nueva novia del “famosillo” de turno pero, eso si, que no falte, una gran discusión o una gran polémica generada en ese programa para que los demás hablen de él. Esos programas tele basura, del corazón y demás es lo que yo considero seudo periodismo, y aun así, ni ese calificativo se merecen. Ya que husmear en la vida privada de los “famosos”, y además de eso, centrarse casi exclusivamente en sus líos amorosos, no creo que tenga nada que ver con el periodismo, es más ni se aproxima.

No hay comentarios: